En la Guajira colombiana, los bosques tropicales de la sierra de Santa Marta dan paso a un gran desierto que se adentra en el mar Caribe. Se trata de la zona más seca de Colombia, un lugar donde los suelos son áridos y escasean las precipitaciones.
Allí, el pueblo indígena wayuu depende en gran medida de métodos tradicionales para extraer agua de depósitos subterráneos y almacenar la de la lluvia. En los últimos años, la tecnología se ha unido a este conocimiento ancestral: la Fundación Wayuuda ha instalado sistemas de bombeo solar automatizado capaces de abastecer de agua a comunidades de hasta 600 personas.
El primero se instaló en la comunidad de Alakat, en el municipio de Maicao, a finales de 2018. A más de 600 kilómetros de allí, en la ciudad colombiana de Bucaramanga, los precursores del proyecto pueden controlar su estado y su actividad gracias al Internet de las Cosas (IoT). Como resultado, los wayuu disponen de agua todo el año, incluso durante los meses más secos.
Pero lo cierto es que el uso de estas soluciones no se limita a la Guajira colombiana. En numerosas regiones del mundo, los sistemas de bombeo alimentados con energía solar están desplazando a los tradicionales, que dependen de conexión a la red eléctrica o de un generador de diésel o gasolina para funcionar. Su uso garantiza un importante ahorro económico y evita la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
¿Qué es un sistema de bombeo solar?
Un equipo de bombeo es un mecanismo para extraer agua y dirigirla hacia algún punto determinado. Se usan sobre todo para regar cultivos o mantener explotaciones ganaderas, a menudo en lugares a donde no llegan las redes de suministro de agua. A su vez, y como recuerda el Banco Mundial, muchas comunidades de zonas rurales dependen de ellos para su subsistencia.
Los sistemas de bombeo solares se diferencian de los tradicionales en que su motor funciona gracias a la energía que generan los paneles solares. Dependen, así, de una fuente sostenible y renovable.
“En el sistema de bombeo solar, la energía fotovoltaica es convertida en energía eléctrica, y esta es transmitida a la bomba a través de un variador de frecuencia o controlador, lo cual permite que esta gire aun cuando la radiación solar es menor”, explica Elena Velázquez, directora técnica de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF).
En los últimos años, el uso de soluciones de bombeo solares se ha extendido, ya que permite tener acceso a fuentes de agua sin necesidad de utilizar combustibles fósiles. Resulta, por consiguiente, más sostenible tanto a nivel económico como medioambiental. “Al igual que está ocurriendo con las instalaciones de autoconsumo residencial o industrial, se está observando un crecimiento de este tipo de instalaciones. Uno de los motivos principales es que los consumidores empiezan a ser conscientes de las ventajas y el ahorro económico que supone la tecnología fotovoltaica”, señala Velázquez.
Alternativas libres de emisiones
Los sistemas de bombeo solar se presentan como una solución muy interesante para reducir el impacto medioambiental de la agricultura. Por un lado, en aquellas instalaciones que están conectadas a red permiten trasladar la generación al punto de consumo, eliminando las posibles pérdidas eléctricas de la distribución. Por otro lado, en aquellas instalaciones que no dependen de la corriente se elimina el uso de combustibles fósiles.
“Esto garantiza que la energía utilizada para llevar a cabo el bombeo es libre de emisiones de dióxido de carbono (CO2) y generada a partir de fuentes renovables”, explica Velázquez.
Este cambio es significativo. Tal y como indican desde el Instituto para el Desarrollo y Ahorro de la Energía (IDAE), el consumo de agua en agricultura se ha reducido en más de un 20 % en España en los últimos 30 años, sobre todo gracias a las mejoras en las técnicas de riego. Sin embargo, el consumo de energía se ha incrementado en un 650 %. Reducir las emisiones asociadas a este gasto energético es fundamental para alcanzar los objetivos marcados por el Acuerdo de París.
Los beneficios también son notorios a nivel económico. De acuerdo con la directora técnica de la UNEF, el uso de energía solar en las instalaciones que están conectadas a la red puede constituir un ahorro de entre un 50 % y un 100 % en la factura de la luz. “Esto dependerá de las necesidades de nuestra instalación de bombeo solar. Si nuestro riego funciona únicamente durante las horas de luz, se puede llegar a ser completamente autosuficiente”, explica. En aquellos sistemas que no están conectados a la red eléctrica, la principal diferencia deriva, de nuevo, de prescindir del diésel o la gasolina.
Sin embargo, el ahorro no termina ahí, ya que estos sistemas cuentan en muchos casos con la tecnología necesaria para monitorizar y automatizar los procesos de riego, lo que aumenta su eficiencia. Por otro lado, sus costes de mantenimiento son mucho más bajos que los de los dispositivos tradicionales.
“Este tipo de instalaciones se amortizan en un tiempo de entre cinco y 10 años, asegurando un mínimo de 25 años de funcionamiento del panel solar a un rendimiento superior al 80 %”, especifica Velázquez.
Entidades financieras como BBVA, fomentan las inversiones en energía renovable. En concreto, los sistemas de bombeo solar cuentan con una financiación específica para ayudar al sector agrícola de España, México y Colombia en su transición sostenible.
Diseñados a medida para cada instalación
Para instalar un equipo de bombeo solar son necesarias las placas solares, la bomba y un convertidor que permita emplear la energía captada por las placas. Su coste y sus características dependen de las necesidades.
“Son sistemas que se diseñan, en la mayoría de casos, específicamente a medida para cada instalación. Sus características dependen de diversos factores, como si la bomba es de superficie o sumergible, el volumen de agua a bombear y las horas que es necesario que funcione, entre otros”, señala Velázquez.
Existen también kits de bombeo solar de diferentes características disponibles para compra. Su demanda es una muestra más del interés que existe por estos sistemas. “Cada vez hay más agricultores y ganaderos que confían en este tipo de soluciones por su fiabilidad y por el ahorro económico que suponen, por lo que cada día hay más casos de éxito que sirven de referencia a este tipo de profesionales”, señala Velázquez.
El de los wayuu, en la zona más septentrional de Colombia, es solo uno de ellos. Poco a poco, el campo de numerosas regiones del mundo se va llenando de placas solares y sistemas de bombeo más limpios y eficientes.
Fuente BBVA