Hemos incidido en numerosas ocasiones, en lo importante que es educar a las próximas generaciones en valores y principios que les hagan ser personas de provecho en la sociedad que nos ha tocado vivir.
La educación y la enseñanza no son otra cosa que concienciar y hacer reflexionar sobre las actitudes que se deben tener ante la vida y, deben reinventarse y adaptarse a las necesidades que demandamos y que van en función de las evoluciones y las involuciones que sufrimos como colectivo.
Al igual que de unos años a esta parte, se ha considerado de extrema necesidad impartir educación soble la sexualidad y la diversidad en las aulas, o hacer campañas en contra del bullying o la violencia machista, hay que hacer un llamamiento urgente para salvar el planeta.
Por eso, ahora, Italia se ha convertido en el primer país que va a convertir el cambio climático en una asignatura obligatoria que entrará a formar parte de los programas académicos.
Cuando inicie el ciclo escolar 2020, Italia incluirá horas de enseñanza sobre problemas medioambientales; de acuerdo con el Ministro de Educación, Lorenzo Fioramonti, el plan de estudios anual incluirá 33 horas dedicadas a la crisis climática.
El tirón mediático mundial de jóvenes como Greta Thunberg, son reflejo de que las nuevas generaciones perciben la invasión de plástico en los océanos, la cantidad de especies en extinción, la contaminación en las grandes urbes o el mal uso del reciclaje, como problemáticas presentes que están repercutiendo en un futuro que pinta catastrófico.
Además, también se ha pensado en que materias tradicionales como geografía, matemáticas o física, se impartan desde una nueva perspectiva vinculada al desarrollo sostenible.
Para guiar el proyecto, el ministerio ha reunido a científicos expertos como Jeffrey D. Sachs, director del Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia y el teórico económico y social estadounidense Jeremy Rifkin.
Lorenzo Fioramonti declara, “Quiero hacer del sistema educativo italiano el primer sistema educativo que coloque al medio ambiente y a la sociedad en el centro de todo lo que se aprende en la escuela”.
Fioramonti ha sido criticado por apoyar las protestas estudiantiles contra el cambio climático o por proponer la implantación de impuestos en billetes de avión, en el plástico y en alimentos azucarados para financiar la educación.
A pesar de ello, los impuestos del plástico y del azúcar, finalmente han sido aprobados en el presupuesto 2020 del gobierno italiano, una señal de que Italia está comprometida con un cambio.
Muchas de esas ideas que, a lo largo de la historia han parecido locuras, se han acabado convirtiendo en necesarias revoluciones que han cambiado el rumbo de los acontecimientos a mejor.
Fuente: Cultura Inquieta