Si bien los conjuntos de paneles solares montados en el suelo ofrecen varios beneficios relacionados con el suministro de energía limpia, pierden oportunidades de brindar beneficios para los medios de subsistencia además del suministro de electricidad y, en algunos casos, en realidad pueden restar valor a otros objetivos de desarrollo. Por ejemplo, los arreglos montados en el suelo eliminan la tierra de la producción de alimentos, y en un momento en que el rendimiento de los cultivos se ve amenazado por un clima cambiante, el aumento de la población y la propiedad insegura de la tierra, no podemos arriesgarnos a ejercer más presión sobre los recursos de la tierra.
Sin embargo, los sistemas de energía agrovoltaica pueden combinar el suministro de electricidad solar, la producción de cultivos y la recolección de agua de lluvia en la misma área de tierra. En lugar de montarse cerca del suelo como los paneles de energía solar tradicionales, los sistemas agrovoltaicos se construyen a varios metros de altura, con espacios entre los paneles, lo que permite que los cultivos crezcan debajo.
Muchos lugares en el este de África tienen una alta intensidad de luz, altas temperaturas y poca lluvia. Los sistemas de energía agrovoltaica pueden mejorar significativamente la productividad de los cultivos porque la sombra proporcionada por los paneles reduce el estrés por calor y la pérdida de agua.
Este entorno más favorable para las plantas significa que la gama de cultivos puede ampliarse a cultivos de mayor valor, lo que puede mejorar los ingresos de los agricultores en comunidades rurales desfavorecidas. Los cultivos también se pueden cultivar en lugares que antes no eran adecuados, lo que aumenta aún más el suministro de alimentos y las fuentes de ingresos.
Trabajando con desarrolladores solares africanos y una empresa agroindustrial de Kenia, así como con organizaciones no gubernamentales, organizaciones políticas regionales, comunidades locales y trabajadores, los investigadores han identificado sitios de implementación de proyectos en Kenia y Uganda.
El proyecto busca revelar si la tecnología agrovoltaica puede conducir a un mejor acceso a la energía y mayores ingresos a través de la producción de cultivos de mayor valor, así como identificar las barreras dentro de las comunidades locales para la adopción de la tecnología.
Los investigadores descubrirán qué factores económicos, sociales, culturales y políticos ayudan o dificultan la expansión de los sistemas agrovoltaicos en esta región. También evaluarán cómo se puede diseñar mejor la tecnología agrovoltaica con los usuarios y buscarán aportes de los formuladores de políticas nacionales y regionales para informar el despliegue potencial de sistemas en África Oriental y más allá.
Esta iniciativa está financiada como parte del Programa Colectivo del Fondo de Investigación de Desafíos Globales (GCRF) de UKRI y es una colaboración con la Universidad de York, World Agroforestry (ICRAF) y otros socios.
Fuente: The University of Sheffield