Hace casi dos años llegué a Ciudad de México para presentar Caaapital, nuestra plataforma de inversión en el evento BBVA Open Talent. Venía con la intención de quedarme seis días y regresar a Chile, pero aquí sigo dos años después.
La razón por la que me quedé, más allá de haberme enamorado de la gente mexicana y su cultura, es que entendí que se gestaba algo inusual en la industria de energías renovables del país, tan inusual que, en sólo seis días, conseguimos lo que en Chile nos hubiera tomado dos meses lograr. En ese momento, mi socio Javier Mozó y yo decidimos abrir una oficina en la capital mexicana.
¿Cuáles son la revoluciones y cómo es posible que estén pasando al mismo tiempo?
La primera revolución es la de los proyectos de gran escala eólicos y solares. Esta tuvo dos periodos muy marcados, uno en los años 2008-2012 donde se construyeron la mayoría de los parques eólicos (la tecnología solar era económicamente inviable en ese entonces) para proveer energía a firmas Bimbo, Walmart y Coca-Cola. Posteriormente, la realidad del mercado cambió y los contratos a largo plazo ya no eran tan atractivos para estas grandes corporaciones, lo que impidió seguir construyendo proyectos de gran escala. Pero luego de 15 años de espera pasó lo impensado, en Agosto del 2014 el Gobierno Mexicano aprobó la nueva ley de la industria eléctrica (LIE) y con ella permitió que el sector privado participara del mercado eléctrico que hasta entonces había sido un monopolio estatal llevado por CFE (Comisión Federal de Electricidad).
Como parte clave de esta liberalización del Mercado eléctrico, el Gobierno se comprometió a que al 2024 el 35% de la matriz energética del país sería de energías limpias y con ello lanzó la primera subasta pública para comprar energía a proyectos de gran escala del sector privado, lo cual convirtió a México de la noche a la mañana en uno de los mercados de energía más atractivos del Mundo. El resultado agregado de esta y las subsiguientes subastas, es la adjudicación para construir 4.46 Gigawatts de proyectos de energía renovable que representan una inversión total de 5,046 millones de dólares.
La segunda revolución es la energía distribuida, que es por mucho la más sexy, inspiradora y disruptiva de la historia moderna. Está revolución nos habla de un futuro donde el usuario ya no depende de empresas proveedoras de energía para conseguir electricidad, es el o ella misma quien genera, consume e incluso puede vender su propia energía a otros usuarios desde la comodidad de su casa!
Pero qué es y cómo funciona la energía distribuida? La energía distribuida o generación descentralizada es “la generación de energía eléctrica por medio de muchas pequeñas fuentes de energía en lugares lo más próximo posibles al lugar de consumo o carga”. El ejemplo más conocido y hoy por hoy el más relevante, son los paneles solares instalados en los techos para que las casas generen y produzcan su propia energía.
Pero esta revolución es mucho más que paneles solares para bajar el recibo de luz, también son parte de esta revolución los autos eléctricos que descontaminarán por fin el aire que nos intoxica cada día en ciudades como Ciudad de México y Santiago de Chile, donde ya nos hemos acostumbrado a que en las noticias digan que hay emergencia ambiental y que los niños no deben correr (lo que nunca deja de asombrarme). Estamos comenzando a vivir el futuro, uno mucho más limpio y emocionante.
Las preguntas que lógicamente siguen son, que lo gatilló y qué tan grande es la oportunidad?
¿Qué lo impulsó? tiene varias aristas. Las primeras son la regulación y el financiamiento, donde la fecha clave fue el 15 de diciembre del año pasado cuando se promulgó el “Manual de Interconexión de Centrales de Generación con Capacidad menor a 0.5 MW” que regula cómo funcionará la energía distribuida en México. Este hito fue clave ya que eliminó en gran medida la incertidumbre haciendo que tanto fondos de inversión como DG Energy Capital y bancos de desarrollo se interesaran seriamente por financiar este sector. Al igual como pasó con compra de coches en cuotas, al haber financiamiento disponible el usuario tiene mayor facilidad ya que puede adquirir los paneles en cuotas tanto o más bajas que su recibo de CFE, lo que hace muy lógica la decisión de instalar paneles.
La siguiente arista es la baja en los costos de los paneles solares. En los últimos 5 años el costo de los paneles solares ha bajado 38% lo que en México se traduce en que, dependiendo de la tarifa en la que esté el usuario, este recupera su inversión en tan sólo tres y seis años, y luego de este period, su energía es gratis por 20 años más.
Según la estimación de Mercedes García del departamento de medio ambiente de las Naciones Unidas, sólo considerando las tarifas económicamente viables, el Mercado potencial de energía solar distribuida en México alcanza los 29,000 millones de dólares. Lo interesante aquí es que ahora este mercado no es sólo para empresas sino que las mismas personas se pueden convertir sus casas en pequeñas centrales de generación y vender al sistema.
En resumen, hoy las energías renovables son la oportunidad de negocios mas grande del mundo, y en México ya estamos viendo la punta del iceberg.”
Contacto:
LinkedIn: francocapurro
Página web: caaapital.com
Fuente: Forbes